La Religión Como un
Fenómeno Natural
Conversación con
Daniel Dennett
Nos gustan los dulces no porque sean dulces, sino que "las cosas dulces
son dulces porque nos gustan". Esta inversión de pensamiento es un lugar
común darwiniano: aquellos antepasados que tenían el gusto por lo dulce
almacenaban más energía que los que no lo tenían y así ganaban chances de
reproducción. "No hay nada intrínsecamente dulce, las moléculas de azúcar
son energéticamente valiosas y la evolución concedió a los organismos una
preferencia para detectarlas".
Adapté la cita del libro "Rompiendo el hechizo: La Religión como Fenómeno
Natural", de Daniel Dennett, donde argumenta que la emergencia de las
religiones puede entenderse con las herramientas del darwinismo y de las ciencias
naturales.
La semana pasada, Dennett, uno de los filósofos prominentes del momento y
ciertamente el más accesible, estuvo de visita por un par de días en mi
universidad. Dio una charla pública y participó de una clase de filosofía para
una audiencia reducida a la que asistimos algunos profesores.
Luego,
durante el almuerzo, en la sala de profesores del departamento de filosofía,
mientras comíamos unos sánguches que nosotros mismos nos preparamos, me contó
de su viaje a Argentina en el 82, durante la guerra de Malvinas. Iba a un
congreso. Llegó sin visa y tuvo que ir a sacarla a Chile; se perdió su propia
charla pero disfrutó de un vuelo sobre los Andes. Hablamos brevemente de
filosofía de la conciencia y de su fascinación con Borges en tiempos de estudiante.
Luego había de usar a "La Biblioteca de Babel" (una biblioteca
interminable con todos los libros posibles) como una alegoría de las
variaciones genéticas (La Biblioteca de Mendel) en "La peligrosa idea de
Darwin".
Para la mayoría de los biólogos, la evolución es motorizada por la selección
natural a través de la competencia de individuos: una planta que crece más
alta que el resto recibe más luz del sol y vive más que las demás. Si el origen
de su diferencia de altura es genético (y no porque resulta que sus semillas
cayeron en terreno muy fértil) producirá más descendientes.
Para Dennett, en la evolución de las religiones los beneficiarios del proceso
de selección natural son los "memes", un término acuñado por Richard
Dawkins en su clásico "El Gen Egoísta", de 1976. Un meme (dice
Dennett) es un "replicador cultural", un pensamiento, una canción, un
hábito que, del mismo modo que los genes, puede replicarse de un cerebro a
otro.
Este darwinismo, aplicado a ideas no
religiosas, por ejemplo, implicaría que la democracia y el libre mercado se
propagan no porque se crea en sus virtudes, sino porque las naciones que las
adoptan sobreviven, prosperan y así provocan la imitación de otras.
Para Dennett, del mismo modo que los animales (resultados de la selección
natural) pasan de un estado salvaje (su ejemplo preferido es el bisonte) a un
estado domesticado (la vaca), las religiones pasan de estados
"salvajes" (las supersticiones) a estados de domesticación, y luego a
un estado de "ingeniería genética", de manipulación consciente de sus
contenidos.
Muchos biólogos califican a los memes poco menos que juegos verbales
seudocientíficos. Para ellos, la analogía entre genes y memes es débil. Sobre
todo porque consideran que la "memética" no ha producido
explicaciones convincentes de fenómenos sin explicación.
Sobre esto le hice un par de preguntas:
-- La evolución es una teoría establecida, como lo es la tercera ley de
Newton (la acción es igual a la reacción) y la teoría de la relatividad, y
uno encuentra analogías de estas leyes en las ciencias sociales, que no son
sino extrapolaciones metáforicas.
--O el principio de incertidumbre de Heisenbberg--agregó.
--Claro. Entonces, ¿cómo sé que esta forma de ver el problema no es
una analogía, o extrapolación metafórica de la evolución?
--Yo no creo que esto sea sólo una sólo anallogía. La existencia de evolución
viral es análoga a la evolución de las palabras. El hecho de que las palabras sean
abstracciones y unidades de información no es una limitación. En mi artículo
"Los nuevos replicadores", que escribí para la Enciclopedia de
Evolución de Oxford, presento en más detalle esta idea de la aplicación de la
evolución a la cultura. Mi argumento es que para la evolución, lo fundamental
es la replicación y las palabras se replican. Hubo mucha controversia con esta
idea hace unos años, sobre todo desde las humanidades, pero refuté las
objeciones’-dice con una pizca de ironía.
--Pero es concebible que haya diferencias ¿no? Un virus no es una palabra.
--Puede haber diferencias, de hecho no hay rreproducción sexual (risa). Hay
muchas diferencias, pero la teoría fundamental de la evolución lo permite. Siempre
que haya replicación, recursos limitados y un parecido entre los descendientes
y sus originadores, habrá evolución.
Tuve que salir corriendo a mi clase y me perdí el final del almuerzo. Cuando
estaba saliendo me llamó, abrió su laptop, y me mostró unas imágenes móviles de
DASHER, un procesador de texto que requiere movimientos mínimos del dedo sobre
el mouse. "Lo usan los parapléjicos", me dijo. "Fijate que al
mover el dedo estás caminando por los corredores de una Biblioteca de
Babel."
Alberto
Rojo
Ann Arbor