Entrevista realizada por Jorge Belaunzarán a Alberto Rojo en el Suplemento «Asterisco» de la revista Veintitrés.
El símbolo del asterisco es un punto con rayitas, y se supone que es un astro. De hecho el asterisco es un astro pequeño. Ahora, el símbolo viene de una ilusión óptica, porque los astros son puntos. Cuando uno está cerca es un círculo, cuando al ojo le cuesta enfocar y se ven como rayos paralelos, la parte perimetral de abajo del ojo enfoca en un punto y la parte del centro la enfoca en otro, entonces el ojo no puede enfocar ese punto cuando está muy lejano; lo enfoca mal. Y te da la ilusión óptica de que la estrella es grande, porque cuando más brillante es, peor enfoca. Entonces el asterisco es un error de enfoque del ojo, porque la imagen real de la estrella es un punto.”
-¿Y el asterisco como llamada al pie de dónde viene?
Alberto Rojo hace una mueca de la que sirve para indicar que se tiene el 7 de espada en el Truco: la comisura del labio hacia arriba, acercándose al ojo; luego niega con la cabeza. No sabe. Es que es físico nomás. Perdón: y músico. Nada más. O sea que todo no lo sabe, por más que el público en general (y los periodistas lo son pese a que porfíen de otra cosa y sólo a veces sean un público calificado) crea que ser científico y/o artista habilita un saber especial, uno que permite saber todas las cosas que el público general no sabe. Y quiere saber.
«Eso debe ser relativamente nuevo. Si te fijás las llamadas al pie son símbolos, distintos símbolos; las llamadas al pie de los textos más bien antiguos. No tan antiguos, pero del siglo XIX, como la daga y otros.» Queda claro que su curiosidad no parece la del público en general; al menos no de lo que se tiene por promedio en el círculo del periodismo y adyacencias. «Me quedé con la parte física del asunto, su forma: siempre me llamó la atención.»